Se celebra anualmente y cada año llama la atención sobre un tema sanitario específico que preocupa a personas de todo el mundo. La fecha del 7 de abril marca el aniversario de la fundación de la OMS en 1948. (OMS).
Al celebrarse este año 2024 un nuevo Día Mundial de la Salud, es un momento conmovedor para reflexionar sobre la importancia del bienestar en nuestras vidas. Hoy nos unimos para reconocer la importancia de la salud, no solo como individuos, sino como comunidad mundial.
En un mundo que a menudo se siente dividido por fronteras, culturas y creencias, la salud sirve de lenguaje universal que nos une a todos. Ya estemos en ciudades bulliciosas o en aldeas remotas, el deseo de gozar de buena salud trasciende todas las diferencias. Es una necesidad humana fundamental que no conoce fronteras.
El tema de este año, "Acción Mundial para la Salud Universalsubraya la responsabilidad colectiva que compartimos a la hora de promover y salvaguardar la salud para todos. Nos recuerda que el camino hacia una mejor salud no es solitario, sino que lo emprendemos juntos, de la mano.
En medio de los retos e incertidumbres a los que nos enfrentamos, especialmente tras los recientes acontecimientos mundiales, la importancia de la salud nunca ha sido más evidente. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestros sistemas sanitarios y las desigualdades existentes en el acceso a los servicios sanitarios esenciales.
Sin embargo, incluso ante la adversidad, hemos sido testigos de notables actos de solidaridad y resistencia. Las comunidades se han unido para apoyarse mutuamente, los trabajadores de primera línea han hecho gala de una dedicación sin límites y los avances científicos han abierto el camino a la esperanza.
Al celebrar el Día Mundial de la Salud, volvamos a comprometernos en la búsqueda de la equidad sanitaria y el acceso universal a una atención sanitaria de calidad. Esforcémonos por construir sociedades más sanas e integradoras en las que todos tengan la oportunidad de prosperar.
Empecemos por dar prioridad a la atención preventiva, promover estilos de vida saludables e invertir en infraestructuras sanitarias sólidas. Defendamos políticas que aborden los determinantes sociales de la salud y garanticemos que nadie se quede atrás.
Pero, sobre todo, recordemos que la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad; es un estado de completo bienestar físico, mental y social. Se trata de cuidar de nuestros cuerpos, mentes y espíritus para que podamos llevar una vida plena y contribuir de forma significativa a nuestras comunidades.