En Nigeria, acceder a la atención sanitaria básica no debería ser un privilegio, pero para muchos es un sueño imposible. Hemos sido testigos directos de esta lucha: las largas esperas, la falta de recursos, las decisiones desesperadas que la gente se ve obligada a tomar. El coste de la desigualdad sanitaria no es sólo económico; se paga en vidas que se pierden demasiado pronto, en familias destrozadas por enfermedades prevenibles. Esta realidad despertó en nosotros la determinación de cambiar las cosas.

Fundamos Equitable Medicaid and Clinical Research Ltd/Gte porque no podíamos quedarnos de brazos cruzados mientras tantas personas de nuestras comunidades sufrían. Sabíamos que si no actuábamos, el ciclo de abandono continuaría. Enfermedades que podrían tratarse se estaban dejando pudrir porque la investigación y los ensayos clínicos avanzados eran casi inexistentes en nuestro país. Vimos cómo personas reales -con esperanzas, sueños y seres queridos- se convertían en estadísticas, con sus vidas truncadas porque no podían acceder a la atención que necesitaban.

En las zonas rurales y los suburbios urbanos, donde la vida cotidiana ya es una lucha, las crisis sanitarias golpean con mayor dureza. Enfermedades prevenibles se cobran vidas silenciosamente, y la medicina tradicional, que tiene un gran valor en nuestra cultura, a veces hace más mal que bien sin las pruebas clínicas adecuadas. Consideramos que este uso indebido no es un fallo de la tradición, sino un fallo del sistema a la hora de apoyar prácticas seguras y eficaces.